La galaxia de Ururben, con 30.000 parsecs de diámetro, es, probablemente, uno de los lugares más peligrosos de nuestro universo. En la gran mayoría del espacio conocido el imperio Siemb ha gobernado con puño de hierro al resto de sistemas conocidos, y son muy pocos los que escapan a su tiránico emperador.
Solo dos sistemas libres avanzados han conseguido a duras penas, gracias a una alianza, hacer frente a la temible flota imperial que surca Ururben. A parte de estos dos sistemas planetarios, Mundo Pherenos, un sistema estelar de tres soles, Mundo Robota, un sistema solar con su estrella casi extinta y Microbia, un planeta del sistema Nembia, totalmente cubierto de agua, han sido declaradas zonas prohibidas por el emperador Shakar, y no porque se hayan resistido a su poderío bélico, ni por no tener recursos ambicionados por el imperio, simplemente el emperador teme despertar viejos fantasmas olvidados.
Y es que si por algo se caracteriza esta singular galaxia es porque a lo largo de incontables milenios la más incipiente tecnología ha convivido con la más ingente superstición, algo inconcebible y posiblemente incompatible que, sin embargo, ha conseguido hacer del imperio Siemb uno de los más antiguos del universo.
Curiosamente Pherenos, Robota y Microbia son mundos habitados que, a lo largo de cientos de años, han expulsado de forma radical a las pequeñas expediciones imperiales que, muy rara vez, han intentado explorar estos mundos con el único fin de cartografiar y documentar zonas. Mientras que sus habitantes creen a todas luces que han mantenido a raya al invasor, el emperador tiene muy claro que, si lo deseara, estos mundos caerían bajo su flota. Entonces, ¿Por qué el imperio no se decide a conquistar estos mundos? ¿Qué leyenda, mucho más poderosa que la codicia, detiene la mano del emperador?
Continúa...
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